PAUL VALÉRY, poeta, ensayista y filósofo francés nacido en Séte en 1871. Publicó en 1917 su primer libro de poemas bajo el título de “La Joven Parca”, seguido de “Cementerio Marino” en 1920 y “Album de versos antiguos” en 1921.
Traducción De Miguel Ángel Real
CANTIQUE DES COLONNES
A Léon-Paul Fargue.
Douces colonnes, aux
Chapeaux garnis de jour,
Ornés de vrais oiseaux
Qui marchent sur le tour,
Douces colonnes, ô
L’orchestre de fuseaux!
Chacun immole son
Silence à l’unisson.
-Que portez-vous si haut,
Égales radieuses?
-Au désir sans défaut
Nos grâces studieuses!
Nous chantons à la fois
Que nous portons les cieux!
Ô seule et sage voix
Qui chantes pour les yeux!
Vois quels hymnes candides!
Quelle sonorité
Nos éléments limpides
Tirent de la clarté!
Si froides et dorées
Nous fûmes de nos lits
Par le ciseau tirées,
Pour devenir ces lys!
De nos lits de cristal
Nous fûmes éveillées,
Des griffes de métal
Nous ont appareillées.
Pour affronter la lune,
La lune et le soleil,
On nous polit chacune
Comme ongle de l’orteil!
Servantes sans genoux,
Sourires sans figures,
La belle devant nous
Se sent les jambes pures.
Pieusement pareilles,
Le nez sous le bandeau
Et nos riches oreilles
Sourdes au blanc fardeau,
Un temple sur les yeux
Noirs pour l’éternité,
Nous allons sans les dieux
À la divinité!
Nos antiques jeunesses,
Chair mate et belles ombres,
Sont fières des finesses
Qui naissent par les nombres!
Filles des nombres d’or,
Fortes des lois du ciel,
Sur nous tombe et s’endort
Un dieu couleur de miel.
Il dort content, le Jour,
Que chaque jour offrons
Sur la table d’amour
Étale sur nos fronts.
Incorruptibles soeurs,
Mi-brûlantes, mi-fraîches,
Nous prîmes pour danseurs
Brises et feuilles sèches,
Et les siècles par dix,
Et les peuples passés,
C’est un profond jadis,
Jadis jamais assez!
Sous nos mêmes amours
Plus lourdes que le monde
Nous traversons les jours
Comme une pierre l’onde!
Nous marchons dans le temps
Et nos corps éclatants
Ont des pas ineffables
Qui marquent dans les fables…
CANTICO DE LAS COLUMNAS
Dulces columnas, con
Sombreros guarnecidos de día,
Adornados con pájaros reales
Que caminan en torno,
Dulces columnas, oh
¡La orquesta de los husos!
Cada uno inmola su
Silencio al unísono.
-Qué lleváis tan alto,
¿Igualdades radiantes?
-Al deseo impecable
¡Nuestras gracias estudiosas!
¡Cantamos a la vez
que llevamos los cielos!
¡Oh, voz sabia y sola
Que cantas para los ojos!
¡Mira qué himnos cándidos!
¡Qué sonoridad
Nuestros elementos límpidos
sacan de la claridad!
¡Tan frías y doradas
Fuimos de nuestros lechos
Por el cincel sacadas,
Para ser estos lirios!
De nuestros lechos de cristal
Nos despertaron,
Garras de metal
Nos emparejaron.
¡Para enfrentarse a la luna,
A la luna y al sol,
Nos pulen a cada una
Como a la uña del pie!
Siervas sin rodillas,
Sonrisas sin rostros,
La bella ante nosotros
Siente sus piernas puras.
¡Píamente iguales,
Con la nariz bajo el vendaje
Y nuestros ricos oídos
Sordos al blanco fardo,
Un templo en nuestros ojos
Negros para la eternidad,
Vamos sin los dioses
A la divinidad!
¡Nuestras antiguas juventudes,
Carne mate y bellas sombras,
Se enorgullecen de las sutilezas
Que nacen con los números!
Hijas de los números áureos,
Fuertes por leyes del cielo,
Sobre nosotras cae y duerme
Un dios color de miel.
Duerme contento, el Día,
Que cada día ofrecemos
En la mesa de amor
Inmóvil en nuestras frentes.
Incorruptibles hermanas,
Quemantes, tal vez frescas,
Quisimos ver bailarinas
En brisas y hojas secas,
¡Y los siglos por diez,
Y los pueblos pasados,
Es un profundo antaño,
Antaño que nunca basta!
¡Bajo nuestros amores
Más pesadas que el mundo
Vamos cruzando días
Como una piedra la onda!
Andamos por el tiempo
Y nuestros cuerpos brillantes
Tienen pasos inefables
Destacando en las fábulas…