SARA MARTÍN – LA NIMIEDAD Elí Urbinaseptiembre 25, 2021septiembre 25, 2021Poesía panhispánica, Revista Navegación de entradas PreviousNext Sara Martín (Madrid, 1983) es poeta y creadora escénica. Sus poemas han sido publicados en revistas como Nayagua, Kokoro y Transtierros. En 2019, su libro Por la escalera de incendios fue galardonada con el XXI Premio Nicolás del Hierro de Poesía. Junto con el músico y compositor José Pablo Polo forma el grupo de arte sonoro OVERture, con el que recibe la beca Injuve 2018 y actúa en diversos festivales de poesía y música contemporánea. Desde los 18 años ha trabajado en teatro físico y performance, participando en diversas ediciones de festivales como Escena Contemporánea y Festival de Otoño. Escribe sobre maternidad en la revista MaMagazine. La nimiedad (Huerga y Fierro 2021) se sujeta en una escritura fragmentada que tiene su base en el desasosiego. Obliga a que el intento de construcción del discurso sea meramente provisional, la escritura adquiere en ocasiones plena coherencia en su sentido más convencional y, a la vez, apunta hacia el absurdo del mundo construido mediante el lenguaje, como si se asistiera a un espejismo donde no hay lugar para comentar nada. En este caso, la autoficción se aleja voluntariamente de lo confesional y busca el equilibrio entre el calor humano de lo particular y la fuerza intelectual atemporal de la universalidad. Una reflexión sobre la sustancia misma de la que está forjada la realidad y sobre la percepción que tenemos de ella. Un camino que nos conduce más allá de las palabras, hacia el lugar del delirio y los sueños en el que se mantiene siempre una distancia con el lector, un sutil sentido de la reserva que no busca enfriar, sino dejar espacio para que tenga su propio viaje. LA NIMIEDAD, poemas seleccionados: Yo tenía una geografía y un acuerdo con la desconfianza —es inútil saber, me he vuelto breve. A salvo de lo edificante / rutina en la sensación, encajar dura apenas un instante. Aparentemente un rostro muy cerca de tu forma, si lo miras bien, no respira. En la posibilidad moribunda donde todo parece suceder a solas, se aflojan los recuerdos; los muertos se alargan, dejan de preguntar. Oculta, una flor en negativo、parda、latente、separada. Penumbra aparte, se es obvio por naturaleza. A falta de divinidad uno puede convocar hechos abstractos. Nos hemos concentrado en la continuidad, soldados del ni siquiera: como si fuésemos la única nada / remitir en plástica desvanescencia. afuera del contexto se siente la célula por primera vez el claro por sí mismo opera alivia el exceso de ser alguien que intenta la palabra aún sin definir podría seguir codificada comprometidos con el orden líquido sin inicio puntual imaginario vértice discontinuo a paso figurativo por el desnivel ya no podemos decir: la cosa Facebook Twitter