Thomas Lux | El lechero y su hijo

THOMAS LUX  nació Northampton, Massachusetts, en 1946. Estudió en el Emerson College, donde fue poeta residente entre 1971 y 1975, y en la Universidad de Iowa. Sus libros de poesía incluyen, entre otros, Memory’s handgrenade (1972), The Glassblower’s Breath (1976); Sunday (1979); The Drowned River (1990);  The Blind Swimmer: Selected Early Poems, 1970–1975 (1996); New and Selected Poems, 1975–1995 (1997); The Street of Clocks (2001); Child Made of Sand (2012) y To the Left of Time (2016). Falleció en Atlanta, Georgia, en 2017

 

EL LECHERO Y SU HIJO

 

Durante un año recogió

las botellas de leche, las rajadas,

rotas, o con la etiqueta azul

con el dibujo de una granja

 

desteñido. En invierno

cargaban las cajas en un trineo

y las arrastraban hasta el basural

 

que entonces era precioso: una sábana blanca

tendida, como una broma, sobre

la cara de alguien que dormía.

 

Mientras arrojaban las botellas

 

el hijo hacía travesuras

y el lechero se las festejaba: lanzaba

una botella a gran altura

y la hacía añicos al vuelo

 

con otra. Mil asombrados

trozos de vidrio

caían… Otra vez

y otra, y maldito

si ese lechero,

 

ese alegre lanzador

en el borde del basural (mientras los voladores

desechos salpicaban de nieve

sus sombreros)

 

THE MILKMAN AND HIS SON

 

For a year he’d collect
the milk bottles—those cracked,
chipped, or with the label’s blue
scene of a farm

fading. In winter
they’d load the boxes on a sled
and drag them to the dump

which was lovely then: a white sheet
drawn up, like a joke, over
the face of a sleeper.
As they lob the bottles in

the son begs a trick
and the milkman obliges: tossing
one bottle in a high arc
he shatters it in midair

with another. One thousand
astonished splints of glass
falling…Again
and again, and damned
if that milkman,

that easy slinger
on the dump’s edge (as the drifted
junk tips its hats

of snow) damned if he didn’t
hit almost half!
Not bad.
Along with gentleness,

and the sane bewilderment
of understanding nothing cruel,
it was a thing he did best.

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