ULISES PANIAGUA – NOCTURNO IMPERIO DE LOS PROSCRITOS Elí Urbinaenero 11, 2021enero 11, 2021Poesía panhispánica, Revista Navegación de entradas PreviousNext Ulises Paniagua (México, 1976) Narrador, poeta, videastay dramaturgo. Ganador del Concurso Internacional de Cuento de la Fundación Gabriel García Márquez, en Colombia (2019). Ha sido considerado en una antología, en Rusia, como uno de los más interesantes poetas contemporáneos de Latinoamérica. Posee dos posgrados en la especialidad de imaginarios literarios. Es autor de las novelas La ira del sapo(2016), y Ese lugar existe (2017); así como de siete libros de cuentos: Patibulario, cuentos al final del túnel, (2011), Nadie duerme esta noche (2012), Historias de la ruina (2013), Bitácora del eterno navegante (Abismos, 2015), Entre el día y la noche (UAM), Las tuercas en mi cabeza (2019) y El horror en cada puerta (2019). Su obra incluye cuatro poemarios: Del amor y otras miserias (2009), Guardián de las horas (2012), Nocturno imperio de los proscritos (2013), y Lo tan negro que respira el Universo (2015); así como los CDs sonoro-poéticos: Cuadriversiones (2013), Clandestinos y nocturnos (2014), y Mientras nos queden labios con qué cantar (2016). Ha sido divulgado en antologías, revistas y diarios nacionales e internacionales, incluyendo Nocturnario, El búho, Círculo de poesía, Nexos, Siempre!, Blanco Móvil, El Sol de México, Ígitur, Letralia, Altazor, Punto en línea y Jus. Columnista de la revista Horizontum. Fue entrevistado por Silvia Lemus, en el año 2020, en el programa “Tratos y retratos” de Canal 22. Es parte del catálogo de autores del INBA. Es parte del catálogo de autores del INBAL. También es Director del Festival Universitario de Literatura y Arte, y del Coloquio Internacional de Poesía y Filosofía, respaldado por el Fondo de Cultura Económica. Ha sido publicado en la Academia Uruguaya de Letras; así como en España, Italia, Perú, Cuba, Venezuela, Rusia y Costa Rica. Primer lugar en el Concurso Literario de Cuento “La caverna” (2016). Mención honorífica en el Concurso Nacional de Cuento Criaturas de la Noche (2007), y del Premio Endira de Cuento Corto (2016), fue antologado en: Poesía Latinoamericana Giulia Gonzaga (Italia, 2008), y en Poetas del siglo XXI (España, 2014). En el 2011, con su colaboración literaria con el grupo Kanga, obtuvo el primer lugar en el concurso nacional de España, Tú sí que vales. Locutor colaborador en el programa Jazz Arquitectónico, de Radio Anáhuac. Conductor del programa Todos los libros, el libro, en Radio SOGEM y del programa Emotrópolis, en Radio IPN. Ha sido tallerista en CONACULTA, en la UAM, en la Fundación René Avilés Fabila, con Secretaría de Cultura, así como becario de CONACYT (2014-2016; 2018-2021). Su obra ha sido traducida al inglés, checo, ruso e italiano. Correo electrónico: sesilu7@yahoo.com.mx. Nocturno imperio de los proscritos (fragmentos) II Escurrían lágrimas desde sus sucios corazones, pero la palabra no nacía. Bajo nudo de mordaza, castrados, locos; los poetas eran / son perros mugrosos y hambrientos. Malditos por no lograr parir palabras. Dos mil veces malditos. Su condena: reptarán por los muros arañando sueños; aguardarán como refrigerador de casa vacía; lamerán la sangre propia; hilvanarán angustia en noches de desvelo Como perros rabiosos, puercos, malvenidos, los poetas, largos y mudos, escucharán la tierra derrumbarse alrededor de ellos. Sólo entonces llorarán su cobardía. III Nocturno imperio de lo proscrito, de aqueste umbral impronunciado, de sólidas y filosas esquinas que callejonan silencio. Mortal desplome a contracorriente; oscuro viraje que desemboca en derrota suicida, sorbo de marchita sangre; cuota en amor de trapecio clandestino; espalda férrea que se chinga a los impuestos; tenaz salmón brincoteando ante necia multitud; infatigable derrumbe en ascenso. Poética sin gloria ni concurso ni filosofía ni rosas o cimitarra. Poética aprehensiva que se hunde; palestina diáspora sin pretensión y sin destino; mancha efímera en la camisa del tiempo, mortal exhibición de trazos truncos; bravo puerto donde descargan notas kamikazes; responso de ebrios. Ambiguo sendero que descalza a la muerte entre claroscuros cuerpos con jugoso ímpetu de cama: ingle tatuada / muslo rebelde beso en clímax / carne en delicia: Reino de pecado, Temida / bendita tranSgresión, Culo de mundo. Ruge, conculcante, entre tinieblas. A nosotros ven, nocturno imperio que falta haces entre el odiaje, la rabiazón y lo cotidiano: Ven Inmediato Osado Gozado Salvaje Ineludible Ingrediente que a corsario sello despiertas la bucanera sed de cerveza; nombre promulgante de utopía, blasonada maldición de tibia en cruz. Alarido en mar, velamen de desesperanza, leviatán al impacto: Hunde (Ahóganos) –calma de poseso. Destroza (Arrástranos a fondo) –ajena larva. Vuélvenos sal y espuma y putrefacción y pólvora y odio. Irredento protón inseminado en fruto de ciencia; corrosiva partícula, primitivo elemento, antimateria de ciego: Descífranos entre moléculas de desencanto, entre lejanas fórmulas de insurgencia: Estállanos en retazos de demonio viejo; entre el rencoral machacante, desde un cuántico gramo de dicha hasta el enorme mierjodido planeta; de la más mínima presencia hasta las fauces redentoras de esta bestia estridente, asesina, tosca e implacable; más, en esencia, suave, pura, inmaculada como la carne de un río. IV Intentarán caballarte estos rústicos manipulongos. Con su verbo feroz labiarán insistentes resquiciando la mínima duda; induciendo fascistosos el terror a la libertaria presencia de las nubes, a la otredad del vocablo, al desnudo canto. Intentarán salvajarnos. Levantaremos, foguearemos el verso, la palabra de urgente manufactura y tiento, arremetiremos con poetización, litereando pasionales y suicidantes letras en alunizaje de conciencia. Nos volveremos libro, sueño de libro, beso de libro, paginación infatigable; y dentro del enceguecido ciclón que virgilea desde su centro, relampaguearemos, intermitentes pero profundos, en ese umbral donde mujeres, hombres y niños deslumbrados habitarán los vastos páramos de la cercante espera. Nos volveremos la daga, la contradicción y la racional respuesta. VIII Deambulan las calles atestadas de muertes interminables; cruzan ventanales huérfanos, muros cicatrizados; un oscuro asilo de ratas rubrica, impúdico, una esquina. Sobre una acera en sombra pasos se desvanecen, sus cabellos medusan recortando la noche, fornicándola por su filo; y a cada ósculo impuro de las suelas gastadas por sus zapatos, los labios de hormigón se humedecen, anhelantes de caricia de letras, de esdrújulas y graves nominaciones. Arcángeles pastosos vigilan azoteas y rancias jaulas que amparan tendederos rebeldes. La vida se agita, desesperada, como sábana raída que blasona un horizonte eterno de cornisas y ciegas catedrales. La luna calla; se desparrama sobre una poeta de labios carnosos -que asomando palidez a través del ventanal- musita versos donde querubines estáticos comprueban su existencia soplando saxofones de notas tristes y lánguidos oboes de advenimiento. La carne de los noctámbulos se vuelve piel de luna; también sus corazones apretados en discretos autobuses de medianoche; también su llanto improvisado. Y cual ligera llovizna, apenas un roce en sordina, el fresco de la madrugada invade -como el dolor profundo de las roncas notas de un Miles Davis en extravío; como la esperanza descarnada del Réquiem de un Mozart apesadumbrado por las visitaciones- las páginas desnudas que dibujan síncopas repetitivas; codas melancólicas, profundas, púrpuras, que llenan la luna de las uñas, las carnes, las pupilas, las extensas sombras; los lápices para bocas moradas por el frío, las medias rotas, los neglillés de batallas lejanas; los cigarrillos sin filtro, las gabardinas desgarradas, los tragos de cerveza, los pasos y pasos, y pasos eternos de las mujeres y hombres que erigen silencio entre las electrificadas calles de una Babel sin nombre. IX Hemos nacido mudos vagabundos malditos desde fétidas placentas que reposan bajo casas almacenes edificios putas oficinas ovarios doloridos y dolientes mazmorras mugrosas de simulada libertad. Hemos emergido satánicos ciegos ácidos ajenos a la condena que heredaron los fiscales del mundo -injuriosas pústulas- entre colegios cánones parcos y ortodoxos. Donde expusimos antropófagos antropólogos -preservadores del sacrilegio- tantos entendidos nombres bajo la lupa de la contestación: los Yahvés Maquiavelos Smiths escritores del best seller cineastas de lengua tibia en ruda afrenta a los Wells Langs Eiseinsteins y Fellinis de originales profundas extremas tomas que formaron pensamiento. Hemos puesto nuestras deidades de espaldas las hemos apedreado con filosas búsquedas cartesianas en la herida que desangran labias redes sociales hemos desandado con rojas manzanas de ciencia el intrincado laberinto de cables sordos e inútiles. Nos sucedemos en esta pesadilla de cacerolas conflictos aterrantes aviones novedoso ántrax cavernosas elegías postales pavores de ricina anchas carcajadas anónimas que entendemos por el aquí ahora: esta granizada de odio sin sed, de sed sin odio. Hemos nacido forajidos inmorales drogadictos extraños hetero y homo sexuales aprehensivos oscuros débiles creadores infanáticos lascivos poseedores de la marca de incendiarios y homicidas y por ello nos han fichado perseguido exterminado rabiando entre holgura de fusil y tasas de crecimiento. Y sólo nos han dejado el verbo con el cual hollamos bala sustantivos que renombran a cada década la confusión del mundo: guitarra óleo imago ánima gubia microtono armonía y la perfección imperecedera de rostro y cuerpo. Renunciaron a la ética, lo estético y la razón autorizando la belleza sin por qué la belleza justa luminosa inasible según Silesius la fealdad hermosa que no admite falsos discursos y esta envidiable repulsiva comunión con la muerte. Sólo nos dejaron eso. Eso que la esencia de mundo la probabilidad de mundo requiere. Y se quedaron con sus pestilentes andrajos de monedas rostros de goma cerebros de aneuronales soplos. Desde el grillante signo en la muñeca del proscrito les legamos los espesos sueños los esplendentes vestidos sus manos sordas sus ojos tapiados los ancianos labios el impecable desasosiego y ni una metáfora más. Ni una metáfora. Había, o hay, sin embargo, un tiempo-espacio un cuadrivector donde ladrarán cavernosas insurrecciones sus rastros de sueño; cuando digitarán libertad los signos, rastrillando grafías sobre la piedra. En ese remanso que ofrece posibilidad y distancia he sido, soy, podré ser: el historiador de antiguas pesadillas la contestación, la queja silente desde el florido escupitajo. Desde esta mi azarosa sangre: –nosotros- aquello- éstos desafiaremos agrios pabellones puercos muros lágrima a pedazos, dibujando daguerrotipos con aquestos líquidos extrañas formas -excremento-arcilla- que perseguirá el psicoanálisis y la porcelana pontificia. Así, desde la tiesa tinta repudiando artificios desde la sincera denuncia de un stencil combativo mural o acting painting nos desangraremos mansos pacíficos insurgentes de misticismo. Desde sus ataúdes cubiertos con siniestras amapolas, nenúfares alcatraces multiplicados, sacando por los filos las cansadas manos con las que esto escribimos desde apretadas rendijas de cautiverio, los del margen -libre jauría posmoderna- ronronearemos con encallecida voz el desprecio a la carne infecta, a la epidemia del paranoico el principal y el violento. Hemos permanecido al margen ¿Hemos permanecido? ¿Habremos de contemplar la ciudad derrumbarse desde su complejo epicentro? Celebremos la pantera de la contracorriente entre iluminadas páginas papiros crónicas hermética insania ruda tristeza de maquinistas que amputaron sus brazos para no morderlos en extensas griterías. Celebremos el delicado quehacer del trovador y el bardo soñante: lenguaje espinoso que florece cercanía -Incendiemos- entre letales giros almas torácicas apretujadas por la holgura de sus huesos el hambre sin apellido la subastada sangre los rudos combates de tribus urbanas el horror de la franja sin dueño el fuego abierto sobre las ocas migrantes el premeditado confort de la avenida cinco el mediocre encono de los niños escopeta -Incendiemos- De allí, entre el huracán y el derrumbe entre la aniquilación de tintes wagnerianos ajeno al libreto de ignorancia y dogma lejos; de entre allí habrá de surgir el imparable empuje cinético la probabilidad de la rosa, la cosa llana, la huraña y remilgosa utopía. De entre la jungla del disturbio habrá de dirigirse la despeinada marea del tiempo, el latigazo del tsunami sobre el féretro. Hemos de permanecer al margen ¿Hemos de hacerlo? Tiempo es de revancha entre acción y metáfora verso yámbico humeando sangre en navajazo de labios: ¿Permaneceremos al margen? ¿Habremos de contemplar las ciudades derrumbarse desde su homicida epicentro? Hemos parido doloridos supurantes quejas gritos contra la fiera política echada a los hombros contra discursos de malo y peor manoseados en rudas monografías de Historia desde largas puñaladas que cocinamos entre crudas placentas banderas de abordaje y la ardiente zarpa que graba presagios dentro de las córneas de malditos. Hemos perecido entre huesos primitivos que desnudaron ortos, con pupilas atascadas por el bermejo llanto en derrota mierda insurrección acentuando agudas nominaciones esdrújulas floridas en sueño de libro. Pero hemos despertado: Hemos nacido gigantescos imponentes rabiosos desde el verbo ni uno más que inventamos para no llagar la herida, para no pustulear lamento desde el tiempo hubo un tiempo que reventamos con firme rebeldía. Hemos nacido proscritos rebeldes amplios lúcidos incontenibles. Hemos despertado. Y habremos de perecer revivir fallecer retornar morir renacer pecho a cielo con ojos sin fronteras ni silencio, en cualquier fecha bajo cualquier sombra filosa amargos de palabra anchos de esperanza únicos pero henchidos de anonimato que se va borroneando desdibujante entre el nombre de comunes labios el hombre de comunes labios las mujeres los niños los vagabundos errantes estruendosos primitivos supurados oscuros proscritos que agitarán la lira y la balanza, el estilete y el incendio que empuñarán firmes las voces del trueno y el temblor entre el suceso que surgirá incontenible portentoso en la luminosa colectividad cercana y el florido paisaje del mundo. Facebook Twitter