XAVIER QUEIPO (Santiago de Compostela, 1957). Es autor, entre otros libros, de: “Ártico e outros mares” (narrativa breve, 1990, Premio de la Crítica española); “O Paso do Noroeste” (novela, 1996, Premio García Barros de novela); “Malaria sentimental” (novela, 1999); “Papaventos” (novela, 2001); “Os ciclos do bambú” (cuentos, 2003); “Glosarios” (poesía, 2004); “Dragona” (novela, 2007,), “Extramunde”(novela, 2011, Premio Xerais de novela), “55” (55 cuentos, 2014); “Os Kowa” (novela, 2016, Premio Eduardo Blanco Amor 2015); “O home invisíbel”, (Premio de Poesía erótica Illas Sisargas 2016) y “Corazón de Manteiga” (novela, 2020). Miembro del Dichterscollectif van Brussel desde 2007, del PEN Club Galicia y del PEN Club de Flandes. Ha participado en numerosos libros colectivos y antologías. Parte de su obra ha sido traducida al portugués, francés, inglés, italiano, holandés y turco. Como traductor ha conseguido (en colaboración) el Premio Nacional de Traducción del Ministerio de Cultura de España, 2014 por la traducción al gallego de “Ulysses”, de James Joyce. Licenciado en Biología y en Medicina por la Universidad de Santiago de Compostela. Profesor invitado en las universidades de Porto (1987-1988), Santiago de Compostela (2001-2002) y Alicante (2017-2021)
OSERA
(Refugio)
Las corrientes erizan los cabellos (hombros incluidos).
El aroma del deseo inunda el espacio (entre nosotros).
El instinto galopa arborescente (cual hiedra trepadora).
Las miradas en asombro percuten, persistiendo en el empeño (halcón contra gavilán armado).
El instinto va creciendo en el cuerpo todo (desequilibrio tenso).
El movimiento inventa (reinventa) pujos (éxtasis recobrado).
Un simple guiñar de ojos (párpados ansiosos).
Entonces, todo movimiento tiende al exceso (asíntota del placer elemental).
Acariciar la mano (del otro) en el temblor de la incerteza (conquista heroica).
El tiempo fluye entre los dedos (pequeños resquicios de luz).
Que se entrecruzan en abrazo indescifrable (coreografía mínima).
Manos
Lengua
Labios
Sexo (cadencia recurrente).
Experimentando fuerzas antagónicas (titán contra titán).
Salvajemente,
los dientes muerden como nunca antes (haciendo sangre).
Salvajemente,
el gozo crece dendrítico (árbol de hojas retorcidas).
Salvajemente:
manos,
lengua,
labios,
sexo (cadencia alucinada).
Yo de tus garras un juguete / tú en las mías un osito de peluche (imagen especular)
Salvajemente,
Buscando una osera para invernar (tiempo demorado).
Reclinados tras la fatiga acumulada (esfuerzo que rejuvenece el ánimo);
Mientras hablamos de salir a cazar mariposas (pasatiempo compartido).
SKIN LOVER
Al amanecer, adormecido aún,
con los ojos musgosos cavilé
en lo que había sido real, conmovedor
en una noche plagada de tesoros:
el encuentro furtivo (esos pliegues del destino)
la penumbra que lo inunda todo (en contraluz amable)
el chuparse los cuellos (ansia de asedio)
jadeando como animales en celo (carencias demoradas)
los miles de besos y caricias (oleadas de pasión)
la noche entera en éxtasis sublime, (el fulgor)
los cuerpos vaciándose de las fuerzas de reserva.
En penumbra,
exhaustos,
desnudos,
renovados,
dormimos de manos dadas, como sólo duermen los amantes.
Al amanecer, adormecido aún,
no reparé en los tatuajes racistas
hasta que el sol–poderoso-
irrumpió por el balcón (esos pliegues del destino).
Entonces fue el terror/temblor:
el triángulo rojo, quizás, por agitador político;
el triángulo verde, cosido en el pecho, por robos menores;
el triángulo negro, por asocial, friki y diferente;
el triángulo rosa, por invertido y maricón;
y en la punta del tetraedro en colores, una estrella de David,
pues siendo agitador político, ladrón, maricón y diferente
tendría, por fuerza, conforme a sus tatuajes de odio,
que ser judío,
basura social,
detrito,
filacteria,
carne de uniforme rayado,
sujeto para la experimentación alocada -iba a escribir cercenada-
esos pliegues de la razón,
esas curvas del destino, da rimanere di stucco.
¿Y ahora qué?
¿Cómo decirle que se vaya para siempre jamás?
¿Cómo, que todo fue un sueño, una sinrazón?
¿Cómo, después del desayuno, acostumbrarme al olvido?
O quizás…
EL AMANTE BILINGÜE
(Poema cinematográfico)
Entonces todo pasa como en los filmes.
La sonrisa.
La ausencia de orden (travelling interrumpido por la represión intermitente).
The way to smoke Camel turning down the hand, looking straight to me[1] (zoom).
(Plano corto del humo que escapa de los labios).
La reacción abierta en los tres segundos infinitos en los que llueve (Primer plano del agua burbujeando en una charca).
(Plano general de la manta de agua inundando la terraza).
(Plano americano del objeto del deseo sonriendo y realizando gestos cómplices a su compañera de mesa, y entonces sufrir, sufrir cada vez que el aire se condensa en la línea imaginaria que une/separa las dos miradas).
(Primeros planos intermitentes).
(Plano general enfocando la doble presencia confrontada).
(Detalle de la charca, ya sin burbujas, cada vez que un escalofrío trepa por el espinazo cuando se le niega la caricia demorada en los dedos de los pies).
Abismos donde ya las inhibiciones, los complejos… quizás el silencio.
(Plano general contornando en círculo el ambiente del café, donde se recuperan posiciones y sensibilidades).
El sentido común que licua el aire,
que deshace encantos, y sueños, y pequeñas satisfacciones que traen:
the way to smoke Camel looking straight to me.
(Dos primeros planos, del cigarrillo y de la mirada atrayente).
(Ya entonces uno de mi sonrisa y otro de las volutas que diseña en humo,
que preceden a un fondo negro).
Sueños.
Recuerdos.
The friendly alchemy of mango flavour[2].
En las sienes arbolándose las hiedras del deseo.
Es tarde, siempre tarde.
La luna desvaría y cambia de sexo como en las illas Salomón.
El sexo mudable de los objetos.
Los sueños.
Las sienes.
La mutación del objeto/diana sexual.
El sol travestido en hembra del desierto.
Entonces todo pasa como en los filmes:
La nuca refulgente.
Las ansias del bifronte.
Y un fundido en negro, que nos roba el corazón,
during the infinite three seconds that rains[3].
[1] La manera de fumar Camel con la palma de la mano hacia abajo, mirándome.
[2] La alquimia amistosa del aroma a mango.
[3] Durante los tres segundos infinitos en que llueve